Un suicidio bajo tus pestañas [postizas].
Mis ojos bastardos desgarrándose en tus ojos.
Tu vaho alcohólico me embriaga
[¡Qué delicia!].
¡Si supieras que en mí hay más que un niño!
¡Si supieras las ganas que tengo de romperte las medias
con mis lobunas y enfermas manos!
¡Si supieras que mis dientes mueren de ganas
de clavarse en tu espalda!
¿Qué nocturnas cicatrices
escondes tras el antifaz?
Aplastas la tarde con tus tacones,
la sombra comienza a caer.
Tus uñas carmesíes rasgan mi rostro
como versos incendiados.
Y yo, monosílabo y ensimismado, bebo cada palabra.
Tu aroma a gardenias, avivando mis demonios.
La noche duerme bajo tus pestañas [postizas]
arrullada por danzones de arrabal.
La música es triste como los viejos que ansían tu carne.
Hoy, Cupido nos ha regalado su ballesta
y un ángel para un suicidio.
Fue en un cabaret donde te encontré versando.
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