lunes, 10 de octubre de 2011

Azul

Atisbo por la cerradura
y su ser yace desnudo
sobre el delirio.

Arde su piel bajo mis párpados
y los ojos viajan sobre ella,
recorren sus pezones como gatos
[aunque ella me repita que no existe],
visto con mi piel su desnudez,
le cubro de la lluvia y del frío,
le canto bluses para que no duerma,
para que el desvelo crucifique sus ojos,
invento junto a mí sus manos
para pintar de azul la noche.

Atisbo por la cerradura
y ella duerme sin miedo
con la noche encima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario