Pero llegará febrero
lleno de rabia por el tiempo perdido,
tocará cada puerta,
pisará cada jardín,
se arrojará dentro del mar
y será polvo.
Vendrá con los últimos pasos del invierno,
vestido de lluvia,
destruirá los templos y a sus dioses,
dejará la huella indeleble en la sonrisa que miro en el espejo,
barrerá los patios cubiertos de aguanieve,
será primavera anunciada,
muerte de cuervos,
será perfume en mi habitación,
dolencia en las dolencias,
tristeza en las tristezas,
cenizas de enero,
preludio de marzo,
orquesta de violines a la orilla de la playa,
susurro de viento,
presagio de eternidades,
cosecha de besos,
¡una anatema!
¡Una letanía!
Sentencia de aguacero.
Será un prado incandescente,
solsticio anacrónico
(sediento y malhumorado, amoroso y bello).
Llegará febrero anunciando un cataclismo,
anunciando el fin del mundo
como un heraldo negro
(consorte del amor que se esconde
en mi pecho y en el tuyo).
Pero llegará febrero
ahuyentando soledades,
encuentros furtivos,
abrazos a medias,
sonrisas que se esconden.
Pero llegará febrero
y nos hallará mano con mano
dispuestos a la muerte
con los ojos abiertos a la vida.
06 de diciembre de 2012
Tlalnepantla de Baz, Estado de México